Una de las enfermedades más devastadoras es, sin lugar a dudas, la esquizofrenia. Considerada como la madre de todas las enfermedades mentales, esta psicosis ha permanecido por años como centro de estudio para muchos neurocientíficos, psiquiatras y psicólogos del mundo, quienes al tiempo de considerarla crónica, sólo se limitan a buscar el mejor tratamiento que calme los síntomas y permita a estos pacientes a hacer más llevadera la enfermedad manteniendo a raya los signos y síntomas que se experimentan.
Más allá de esto, el debate acerca de las causas de esta enfermedad siempre han estado en una especie de nebulosa donde diversas teorías explican de mejor o peor forma cuáles pueden ser las bases del trastorno mismo y, en conformidad a ello, procurar evitar ciertas condiciones que pueden ser desencadenantes de esta psicosis.
 
En un estudio reciente, científicos del Imperial College of London demostraron una correlación positiva entre el desarrollo de síntomas de la esquizofrenia con niveles más altos de actividad en células inmunitarias en comparación con quienes no padecen esta enfermedad. En este sentido, se pone por primera vez a los leucocitos como posibles implicados en la aparición de este trastorno, algo que abre las puertas a un nuevo campo de exploración y que, esperamos, sea del todo alentador para las millones de personas que padecen esta terrible enfermedad.
 

Las células inmunitarias del cerebro, llamadas también microgliales, son las actúan a la hora de reparar tejido dañado y en casos de infecciones cerebrales. Sin embargo, pese al carácter positivo y necesario de estas células, su actividad está vinculada con la aparición de síntomas propios de la esquizofrenia así como también de depresión y el Alzheimer.

 
A la espera de nuevas investigaciones en el campo, no es de extrañar que se relacione al Alzheimer con este hallazgo y que, al mismo tiempo, otro estudio señale la posible implicancia de infecciones por hongos como propulsores de este mal.