Gran Enciclpedia Navarra

PESCA

Voces relacionadas

PESCA
Los cauces, con pendientes de un 3%, ofrecen 30-40 m de anchura.
JABALÍ
Especie forestal, se refugia en las zonas de matorral más denso.
Tradicionalmente los ríos navarros han ofrecido unas condiciones aceptables para la práctica de este arte, unas veces como fuente de subsistencia y ahora como deporte. En 1989, el Servicio de Caza y Pesca del Gobierno de Navarra tenía registradas en torno a 21.750 licencias de pesca, frente a las 30.000 de caza*.
En los ríos de Navarra se pueden distinguir dos grandes biotopos que cabe definir como región salmonícola y región ciprinícola. La primera reúne las condiciones necesarias para la vida de los salmónidos, principalmente la trucha común. En la segunda es prácticamente imposible la existencia de la trucha, pero ofrece las condiciones idóneas para el desarrollo de los ciprínidos. En cada una de esas regiones se distinguen una zona superior y otra inferior, definidas por las especies dominantes en ellas. El paso de una a otra es gradual.
  • Pescador

    Pescador

  • Pesca en el río Arga (Zubiri, Esteríbar)

    Pesca en el río Arga (Zubiri, Esteríbar)

Voces relacionadas

PESCA
Entre las algas, las más frecuentes son las clorofíceas microscópicas -abundantes en el plancton- y las filamentosas Spyrogira y Cladophora.
NAVARRA
Sus larvas, juntamente con las de muchos plecópteros y efemerópteros, son el alimento principal de los salmónidos.

Región salmonícola

Corresponde a zonas de montaña. Los ríos y regatas saltan torrenciales por laderas y barrancos abruptos hasta el fondo del valle, donde forman caudales perfectamente encajados. Las pendientes son, en general, superiores al 5% y los cauces no suelen sobrepasar los diez metros de anchura. El fondo es de rocas, grandes cantos y gravas.
Las aguas, limpias y claras, tienen un alto porcentaje de oxígeno en disolución y la temperatura media anual no sube de los 10-12° C.
La vegetación propiamente acuática es pobre: algunas algas crisofíceas y clorofíceas, musgos de los géneros Fissidens, Fontinalis y Brachytecium. La corriente, fuerte y saltarina, impide la presencia de fanerógamas en el cauce. Los principales invertebrados, base de la alimentación de los peces, son larvas de Plecópteros, Efemerópteros y Frigánidos, con algunos pequeños moluscos del género Ancylus.
La trucha* común domina esta zona y puebla con abundancia las cabeceras de la mayor parte de los ríos navarros. La chipa* le acompaña fielmente, pero nunca llega tan arriba como ella. Y, más abajo en el curso del río, aparece la tercera especie característica del tramo, la locha*. Esta se presenta en menor densidad que la trucha y la chipa.
La zona salmonícola superior puede delimitarse así. En la vertiente cantábrica, el Bidasoa, hasta Arizcun; el Ezcurra, hasta Saldías; el Olabidea, por encima de Urdax; el Luzaide, en todo su recorrido en Navarra; el Araxes, hasta Atallo, y el Urumea, hasta Goizueta. En la vertiente mediterránea, el Belagua, hasta Isaba; el Irati, hasta Orbaiceta; el Urrobi, hasta Burguete; el Erro, hasta Mezquíriz; el Arga, hasta el embalse de Eugui; el Mediano, hasta Arizu; el Ulzama, hasta Arraiz; el Larráun, hasta el comienzo del puerto de Azpíroz; el Iranzu hasta el monasterio; el Urederra, hasta la confluencia del Biarra, y el Ega, hasta Acedo.
En su zona inferior el río, con corrientes fuertes pero no torrenciales, discurre al pie de la montaña, por el fondo de los valles. La pendiente puede oscilar alrededor de un 4%. Los cauces se ensanchan de 6 a 15 metros. El lecho es de grandes piedras y cantos rodados, y aparecen zonas remansadas con pozos y fondos de arena o grava. Las aguas siguen siendo limpias y claras; aunque en algunos puntos se dejan sentir los vertidos industriales y urbanos, la oxigenación del agua sigue siendo elevada. La temperatura media anual no pasa los 15° C.
La vegetación es más variada, aunque las especies no son abundantes. Hay algas microscópicas rodofíceas y cianofíceas incrustantes y aparecen las clorofícesa filamentosas, en especial de los géneros Ulotrix, Spyrogira y Chaetofora. En los tramos de poca profundidad y en las orillas son muy frecuentes los musgos de los géneros Fissidens, Hypnum, Brachythecium, etc. Aparecen las fanerógamas, representadas fundamentalmente por Veronica beccagunga y Moutia rivularis. Son abundantes las larvas de insectos propias de aguas limpias y frescas como las de isoperla (Plecópteros), efímera (Efemerópteros) y Frigánidos. Aparecen ya los pequeños crustáceos, sobre todo Gammaridos, así como las Planarias y moluscos de los géneros Ancylus y Physa.
Es la zona de la chipa, porque es la especia de población más densa, aunque la trucha común y la locha siguen siendo abundantes. Sin embargo, aparecen ya algunos ciprínidos amigos de las aguas vivas propias del curso medio del río. Tal, la madrilla, los barbos comunes y el barbo de montaña. Hasta hace unos años era frecuente la anguila*, hoy relegada a la vertiente cantábrica, ya que sufre una fuerte regresión -casi extinción- en la mediterránea. El gobio es otra especie típica. Hay que destacar que en esta zona de los ríos Bidasoa y Ezcurra viven el salmón* y el reo o trucha marisca.
A esta zona salmonícola inferior pertenecen todos los ríos que vierten al Cantábrico a partir de los puntos señalados como límite de la zona superior. En los que corren hacia el Mediterráneo, se pueden fijar estos puntos como límite: el Esca, hasta Burgui; el Aragón hasta Sangüesa; el Salazar, hasta la confluencia con el Irati, en Lumbier; el Irati, hasta Aoiz; el Urrobi, hasta confluir con el Irati; el Erro, lo mismo; el Arga, hasta Huarte; el Ulzama, hasta Sorauren; el Mediano, hasta su unión al Ulzama; el Larráun, hasta encontrar el Araquil; el Urederra, hasta su unión con el Ega, y el Ega, desde Acedo hasta Allo.

Voces relacionadas

PEZ
Por lo que respecta a las condiciones del medio en que se instalan algunas especies como la trucha, el salmón, la chipa o el gobio, son propias de aguas vivas, de corriente fuerte, frescas y bien oxigenadas.
PESCA
Las aguas, limpias y claras, tienen un alto porcentaje de oxígeno en disolución y la temperatura media anual no sube de los 10-12° C. La vegetación propiamente acuática es pobre: algunas algas crisofíceas y clorofíceas, musgos de los géneros Fissidens, Fontinalis y Brachytecium.

Región ciprinícola

En su zona superior el río ya no va encajado, porque cruza por valles anchos en lo que se llama Navarra Media. Los cauces, con pendientes de un 3%, ofrecen 30-40 m de anchura. Es muy frecuente que alternen tramos de corriente viva y poca profundidad con grandes pozos. El lecho en los primeros es pedregoso y de cantos rodados y en los segundos de cantos y limos sedimentados.
El agua ya no es tan clara como en las dos zonas anteriores y adquiere un color más bien verdoso, debido al plancton. La temperatura media anual es de 15-19° C. El oxígeno disuelto sufre variaciones ostensibles, que van de aguas muy saturadas a tramos con déficit. Esto hace que especies muy sensibles, como el salmón, desaparezcan en la mayoría de los casos.
En zonas remansadas con deposición de limos se implantan las fanerógamas acuáticas, frecuentes en las orillas y aun en el cauce. Las más comunes son diversas especies de Juncus, Tipha, Potamogeton y Ranunculus. Entre las algas, las más frecuentes son las clorofíceas microscópicas -abundantes en el plancton- y las filamentosas Spyrogira y Cladophora. Entre los invertebrados disminuyen las larvas de Efímera y Frigánidos -insectos que exigen aguas limpias y bien oxigenadas- y aparecen las de Simúlidos y Tricópteros. Las Planarias y moluscos son muy frecuentes.
Es la zona de los ciprínidos de aguas vivas, por lo que con la madrilla, que es la especie dominante, aparecen abundantes el barbo* común, el barbo de montaña, y desplazado de la zona anterior, el gobio. La trucha común y la chipa disminuyen mucho su densidad, tanto que la primera llega a desaparecer. Sólo en el Aragón -a resultas de la regulación impuesta por el embalse de Yesa- ocupa la trucha zonas apartadas de su región típica, como los tramos de Carcastillo e incluso Caparroso. Entre los voraces de acompañamiento, se encuentra la anguila, y, en determinadas parajes, la perca* americana o black-bass. En los pozos profundos y en áreas de vegetación acuática, comienza a registrarse la presencia de la carpa* común, la tenca* y el carpín* dorado, ciprínidos de aguas calmadas. La colmilleja* -cobitíido de aguas remansadas y poco profundas- también aparece, con densidades de población bajas.
En el Alhama y el Queiles, que se pueden incluir en esta zona, la madrilla no es la especie dominante, sino la bermejuela*, muy abundante.
Los límites de esta zona ciprinícola superior son muy claros en los ríos que corren de norte a sur, pero no en los que avanzan de oeste a este, como el Ebro y el Araquil.
Se pueden establecer varios puntos de referencia. En el Aragón, hasta Caparroso; Irati, desde Aoiz hasta la confluencia con el Aragón en Liédena; Arga, desde Pamplona a Miranda de Arga; Ulzama, desde Sorauren hasta la confluencia con el Arga en Villava; Ega, de Allo a la zona de la ermita de la Virgen de Gracia; Elorz y Cidacos, en todo su recorrido; Araquil, en todo su recorrido por Navarra; Ebro, desde que entra en Navarra hasta la altura de San Adrián.
La zona inferior se sitúa en las zonas bajas de Navarra, de suave relieve, por las que los ríos serpentean en campo abierto, con amplios y frecuentes meandros. Las riberas aparecen cubiertas por grandes sotos de álamos y chopos. Los cauces, de pendiente en general inferior al 2%, son casi siempre superiores a los 30 metros de anchura, aunque no superan los cien. Son frecuentes las zonas remansadas, con profundidades a veces de más de cinco metros, si bien existen zonas de fuerte corriente. Puede decirse que el centro del cauce es zona de corrientes, mientras las orillas ofrecen remansos. Con frecuencia se derivan ramales secundarios, a ambos lados, que dejan en el centro pequeñas islas pobladas de vegetación (chopos, sauces, álamos). Hay zonas de inundaciones periódicas. Los fondos pedregosos en las zonas de menor profundidad y corriente viva, son de lodo en los remansos, a consecuencia de la deposición de limos.
El agua tiene, a causa del fitoplancton, color verdoso. La temperatura media anual suele alcanzar, y rebasar, los 20° C. La oxigenación es muy variable. La vegetación acuática es exuberante cuando la corriente es menor, y la forman masas de juncos y tifas con diversas especies de los géneros Ranunculus, Potamogeton, Helosciadium, Sparganium y otros. Son muy frecuentes las algas verdes Spyrogira y Cladophora. El Potamoplancton aparece formado, principalmente por diatomeas, clorococales y zooplancton. En cuanto a animales, desaparecen las larvas de Efímer y Frigánidos, y son muy frecuentes las de Simúlidos, Tricópteros, Tubífidos -en zonas estancadas- y los camarones (Gammarus sp) entre los crustáceos.
Es la zona del barbo, porque tanto el común como el de montaña son las especies dominantes. La madrilla* es la tercera especie en cuanto a densidad, y es notable la cantidad de gobio*. Entre los ciprínidos de aguas calmadas que ocupan zonas profundas abundan tenca, carpa y carpines dorados. El cacho* se mueve en esta zona, pero no es frecuente en la actualidad. La anguila y la perca americana encabezan los depredadores, seguidos del lucio* y el bienio* de río, que no llegan a entrar en los otros cauces. La chipa se deja ver, pero con una densidad muy baja. La locha y la colmilleja también están presentes en esta zona ciprínicola inferior, pero la primera -más adaptada a los cursos altos- tiene unas poblaciones muy reducidas y cede terreno a la segunda, cuya densidad aumenta a medida que se desciende por el río.
Los ríos que se incluyen en este apartado son: Ega, desde la ermita de la Virgen de Gracia hasta su desembocadura en el Ebro; Arga, desde Miranda de Arga hasta la confluencia con el Aragón; Aragón, desde Caparroso hasta el Ebro; Ebro desde San Adrián hasta la salida de Navarra.
En los ríos navarros viven veintisiete especies de peces. El Bidasoa era en 1980 el único río donde penetraban anualmente dos especies merecedoras de atención protectora y vigilante: salmón y reo o trucha marisca. También el río Endarlaza era el único punto de Navarra donde llegaban tres especies propias de estuario: la platija, el corcón y el sábalo.
Por el contrario, en 1990 había tramos de ríos altamente degradados, especialmente el Arga entre Pamplona y Mendigorría. En verano el caudal negro de la ciudad era en 1990 superior al aforo fluvial, los análisis demuestran que el oxígeno disuelto baja en época veraniega a cero. Es decir, es imposible todo tipo de vida aerobia. El resto del año, cuando el río se recupera algo, sólo alberga especies poco exigentes, como madrillas, barbos y carpas. Hay dos hechos significativos: la chipa y la locha, que son especies necesitadas de unas ciertas condiciones, desaparecen desde Pamplona; la primera, hasta Miranda de Arga, donde el río se ha recuperado algo; la segunda ya no reaparece. Y, por otra parte, ningún otro río navarro contiene tanto pez atacado por diversas enfermedades, sobre todo de tipo fúngico, efecto sin duda de la contaminación padecida por ese tramo.
Otra de las zonas negativas es la comprendida entre Estella y Villatuerta. El Ega ve drásticamente disminuida la población piscícola a causa de los vertidos industriales, sobre todo de químicas, y es conocido el fuerte olor que desprende el río.
Finalmente, en 1990 figuraban en este capítulo negativo las derivaciones que se hacen de los ríos por medio de canales. La disminución de los aforos, sobre todo en verano, trae consigo consecuencias fatales, en especial para los salmónidos. Los casos más lacerantes en este aspecto son los de Bidasoa e Irati. El primero, a partir de Oronoz-Mugaire, y el segundo desde el embalse de Irabia hasta Aoiz.

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